Mi tiempo con Giuseppe Caputo...

“Un mundo huérfano” es una historia de amor fascinante y enternecedora que refleja una Colombia en donde el común denominador está marcado por el odio, la violencia y la discriminación. El autor logra con su primera novela marcar un precedente, y no solo por la historia que propone, sino por la manera en que la escribe y logra desarrollarla. Aquí les dejo un poco de mi tiempo con Giuseppe Caputo, exponente claro de la nueva ola de la literatura colombiana...

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Yo soy de esos que conquista con cartas, salidas, detalles y demás. El mundo ha cambiado y ahora con un “Hola, tengo sitio”, puedo terminar algo que antes tardaba mucho tiempo en solo empezar. La tecnología nos ha dado una serie de facilidades que nos han hecho solitarios, tal como lo explora Alberto Fuguet en “Sudor”.

Creo que antes sin redes sociales la sensación de compañía era mucho mayor. También creo que uno puede estar durmiendo al lado de alguien en la cama y sentirse completamente solo. De igual manera creo que pasar tu vida al lado de una misma persona no es garantía de sentirte acompañado.

En la parte de la ruleta dentro de la novela trato de hablar un poco de eso cuando se toca el tema de Grindr y de todos los tipos de usuarios que se pueden encontrar allí, como por ejemplo los descabezados que se encierran en el anonimato y en sus torsos desnudos.
                                                     
Verdades absolutas. Hablemos de eso.

No estoy de acuerdo con disciplinar el tiempo y estandarizar las cosas. No hay que definir nada, y mucho menos la literatura. Yo me relaciono con ella de una manera muy personal; leer me hace feliz. Yo trabajo con libros y me gano la vida gracias a ellos, y desde ahí he aprendido que es importante saber desprenderse del gusto personal y entender un libro en sus propios términos y desde el deseo del autor, tratando de no crear reglas de lo que debe ser, porque no las hay.

Por ejemplo existen decálogos que quieren fijar reglas para escribir un cuento, y estoy seguro que por cada una de esas reglas, hay un ejemplo de algo maravilloso que se ha escrito salido de ellas. Creo que la literatura se trata de eso, de buscar y descubrir cosas; si no hay algo, se puede hacer y ya está.

Hace un tiempo estuve en Iowa en un taller de literatura en donde el profesor nos decía que íbamos a ser lectores profesionales y que para ello teníamos que tomar la obra desde sus propios términos y desde las reglas que el autor ha impuesto, y no desde lo que nosotros pensamos que debería ser.

Recuerdo que Oscar Collazos tenía una frase respecto de la oleada de nuevos autores en Colombia que más o menos decía que ya nuestro cielo no tenía un solo sol (Gabo), sino uno lleno de estrellas. 


La literatura, como la vida, debe ser un terreno de creación y no de prescripción. Muchos dicen que una novela debe ser esto, esto y esto... Y no. Una persona escribe de un modo y otra escribe de otra. Una persona vive de un modo y otra de otro. No existen las verdades absolutas.

No estoy de acuerdo con decir que esta mal estar en Grindr si tienes 40 años, o que si tienes 25 ya deberías tener carro, o que si no usas traje y corbata no estás en nada. Cada ser humano es diferente.

En un país como Colombia en donde la biblia tiene más poder que la Constitución política, ¿por qué escribir sobre temas relacionados con la comunidad LGBTI?

Las cosas que trato en la novela hacen parte de mi mundo. No me considero transgresor, ni provocador, ni es mi objetivo romper tabús ni nada por el estilo. Simplemente estoy retratando un mundo que conozco y que respeto. Retratando unas vidas que admiro.

La experiencia de leer “Un mundo huérfano” fue bastante particular. En su mayoría agradable y satisfactoria, e incluso enternecedora, pero hubo una parte que me perturbó bastante y de la cual me gustaría hablar: el sauna.

Las partes del sauna y la ruleta las trabajé desde la perspectiva de construir un punto en donde el padre estuviera alejado de su hijo por primera y única vez en la novela, pero al mismo tiempo más presente que nunca.

La idea de estos apartados es que fueran largos para reflejar de cierta manera los excesos, tal como lo hace Roberto Bolaños en la descripción de los crímenes en “2666”. En su novela cada crimen es distinto y aquí cada cuerpo es distinto, y creo que todos merecen su espacio.

De todas maneras el lector tiene la posibilidad de pasar el capítulo si lo aburre y lo asquea, y continuar desde otro punto de la historia, pero con la advertencia de que puede estar perdiéndose de algo importante.

Para mí la conclusión que queda de ese par de momentos es que todos los hombres en la vida del hijo son intercambiables excepto el papá, lo cual creo es el punto de conexión más fuerte con el resto de la novela.

A mi modo de ver, la literatura es un elemento de cultura ¿cómo podría esta ayudar a construir una sociedad colombiana más incluyente?


La literatura está en todo su derecho de ser lo que quiera ser y un autor está en todo su derecho de escribir lo que quiera escribir. Yo escribo porque amo hacerlo, pero estoy convencido que un libro puede llegar a marcar alguna diferencia.

Por ejemplo “Al diablo la maldita primavera” me ayudó a salir del clóset y me dio una narrativa, me regaló cosas que yo no veía en mi cotidianidad. La literatura puede ayudarnos a visibilizar escenarios y sensaciones, a mostrar socialmente a personajes que están ocultos, y muchas otras cosas más.

¿Con qué Colombia sueña Giuseppe Caputo?

Un país en el que exista un disenso, pero en paz. Yo celebro el choque de ideas y la confrontación intelectual, pero sin que la violencia tenga que entrar en el debate.

Tengo cinco palabras y me gustaría que me ayudaras a encontrarles una definición: amor, padre, libro, sexo y justicia.

Dios mío. Amor y amistad tienen la misma raíz, así que esa sería mi definición de amistad.

Mi papá es amor.

Un libro es un amigo.

Con el sexo se me vienen dos palabras, rico o desastroso. Para encontrarse en el sexo hay que pasar por muchos lugares y muchos de ellos suelen llegar a lo rico, pero también pueden encontrarse en lo aburrido, lo asqueroso o lo desolador. En el capítulo de la ruleta trato de reflejar eso.

Justicia es comprensión.

Este ejercicio es bastante difícil (risas).

¿Qué estás leyendo?

A Herta Müller, a quien amo con todo mi corazón.

Un autor colombiano al que deberíamos seguirle la pista…

Evelio Rosero. Cada vez que lo pienso reconozco su trabajo como algo más y más importante.

¿Cuál es el siguiente paso?

La Feria Internacional del libro de Bogotá del 2017 en donde vamos a celebrar su cumpleaños 30 y la idea es hacer algo muy hermoso a propósito pues creo que va a ser mi última feria, y después de eso me pondré a escribir.

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