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Mostrando las entradas de agosto, 2012

Dos semanas

Esperando me he quedado, a tu puerta ya postrado  Dormitando aun en vilo, venidero veo tu olvido  Grito y lloro sin descanso, es inútil ser tan manso  Pendenciero presidente, un perfecto impotente.  Sin reparo mido el llanto, miento y vivo sin descanso  Preparando la salida, un perfecto plan de huída  Callo enteras mis palabras, preparando las miradas  Empeñado por tu vientre, el mismo siempre indiferente.  Encontré ayer  tus miedos, tus rencores, tus anhelos  Tu arraigado y fiel deseo, pesadilla bajo fuego  He rogado a mil y un santos, he rezado sin descanso  Pido a Dios y a las estrellas, que mi cuerpo sea tu arena,  Ya mis manos tus pinceles, que mis brazos tus cuarteles  Pido tiempo y mil espacios, pido llanto y tres retazos  De la esencia de tus labios, feneciendo en tu regazo  Quiero tanto, añoro todo, enemisto al desahogo  Yo corrompo mi dulzura, por un día en tu armadura  Y mi espada desenvaino, soy inerte a tu mandato.  Permitiéndome hoy en prosa, un prese

Cliché personal

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Insensato siempre he sido, beligerante convencido; apatriado de mi vida, pensativo en fuga activa pero amante detonante, siempre un polvo resonante. Por el camino escupo tiempo, y desperdicio mi saliva desorientada ya mi vida, encrucijada y sin salida ¿Acaso el miedo es mi enemigo? ¿Acaso soy un desvalido? ¿Acaso solo no he nacido? Hoy el magma es mi destino. Recurrente sabio inerte, navegante en el presente y una guerra abandonada, otras cuantas postergadas por ausencia de valor, un retórico dolor. Del averno al mismo cielo, entre piedras y recuerdos; millón de mares bordeados, un par más a medio rodeados, en fin perdida está la cuanta, cantinero nuevo trago a esta mesa hoy me adentro en mis dolores, vivo y lloro sin rencores. Y con tanto en mi cabeza, se presenta la destreza y desecho ante su techo, me desplomo cual remedo me deshago cual poeta, cuya musa huye escueta, destrozada marioneta, en ho